Buenos
Días chicos,
Madre
mía cuanto tiempo sin vernos verdad? Desde cuando… desde el año pasado sin
exagerar. Lo siento de corazón por la ausencia, llevo una época de no parar ni
un segundo y cuando consigo parar lo único que me apetece es dormir o leer. La
verdad es que estoy leyendo muchísimo más de lo que suelo hacerlo (acabarme dos
sagas de libros en una semana, solo digo eso)
Hoy he
venido a hacer el balance del año (que sí que sé que se hace en enero no en
febrero, pero yo voy con retraso) porque de corazón necesito desahogarme o voy
a reventar como una maldita chicharra. Además es mi blog no? Pues hago lo que
me da la realísima gana, pero os lo digo con cariño.
Mi 2015
comenzó un poco sumido en un caos, no un gran caos pero si algo molesto. Hacía
poco que había cortado con mi novio (4 añazos, casi 5) y para más inri había
cortado yo. Por lo tanto podéis imaginaros la infinidad de comentarios de
“podrías darle otra oportunidad” o “pero si ya erais una pareja consolidada”
que fui recibiendo, sobre todo de gente que en un principio me dijo “yo no me
voy a meter los dos sois mis amigos”, pues menos mal que no te ibas a meter.
Los
primeros meses fueron así, añadiendo que yo hacía una obra con él. Aunque no os
lo creáis el solo fue pesado conmigo los dos primeros meses, luego solo quiso
ser mi amigo, cosa que yo no quería. Con eso me gané el apodo de “zorra mala”,
vale a lo mejor exagero y no era la zorra mala, solo la chica mala que no
quiere ser su amiga. Pues imaginaros ensayar con esa tensión.
Pues
puede empeorar, yo (que debo de ser muy lista a veces) empecé a encoñarme (no
lo voy a llamar amor) de un chico que también salía en la obra. Yo no sé
disimular, ni un poco, sé actuar, pero no disimular mis sentimientos, para mi
desgracia soy muy expresiva.
Así
continúo todo en tensión hasta que comencé a trabajar, eso fue la paz total. Me
pasaba 8 horas al día sin tener que pensar en nada más que en el trabajo y eso
era de agradecer, además de que volví a encontrarme con la que ahora es mi
mejor amiga. Llegó el día de la obra y a
mí me tocó trabajar por la mañana.
Llegué
tardísimo (a medio día casi las 5) y comenzó todo el caos. Antes de una obra
siempre todo es un caos, que si te maquillas, que si te vistes, prueba de
luces, prueba de sonido…. Pero eso no me molestó, lo que me molestó de verdad
fue el sentirme tan fuera de lugar (Sobre todo porque llevaba 5 años en ese
grupo), no por parte de todos, algunos compañeros me apoyaron y tal, pero esa
sensación no desapareció, hasta que acabé la obra y me largué.
Y como podréis pensar, bye bye teatro. Teatro
ha sido mucho para mi, me ha ayudado a relajarme y ante todo a olvidarme de las
cosas que pasan a mi alrededor, pero no me arrepiento de esa decisión, ni un
poco.
Cuando
parecía que todo iba a mejorar se murió mi Bisabuela. Ese día yo fui a trabajar
y aun no comprendo como pude aguantar casi 6 horas allí, si no era capaz de
pensar en nada, solo tenía la mente en blanco.
Diréis
mejorará la cosa, en parte si, en parte no. Me explico, tuvimos problemas con
mi abuela, y no precisamente pequeñitos, sin embargo no recuerdo el resto del
año tan tan malo. Encontré otro trabajo, es decir pasé de un rent a car a otro
sin casi parar (que es de agradecer) y sobre todo descubrí quienes eran mis
amigos de verdad. Porque muchos se quedaron por el camino.
El año
acabó relativamente estable, no del todo bien pero estable.
Diréis
pues el balance sale más mal que bien no? Se podría decir que sí, pero este año
me ha hecho darme cuenta de muchas cosas.
Primera
de todas quienes valen la pena en mi vida, quienes a pesar de todo siguen ahí
apoyándome casa segundo y sobre todo aguantan mis tonterías. Tal vez sean
pocos, pero valen la pena, muchísimo y se merecen cada momento alegre que tenga
que darles.
Segundad,
estoy conociéndome mejor a mí misma, con mis demonios y mis cosas buenas. Aunque suene algo mal,
después de llevar tantos años con mi pareja, necesitaba un tiempo de soledad
para poder conocerme a mí, a mí sin nadie, a pesar de que odie estar sola (ya
os lo he dicho muchas veces en el fondo soy muy blandita)
Y
tercero tengo más claro que nunca el camino que quiero seguir, lo que quiero
hacer y como lo quiero hacer. Ahora no tengo a nadie que me frene (que una
pareja no tiene por qué frenarte) y puedo hacer todas esas cosas que antes, por
miedo o por no dejar atrás a nadie no he hecho.
Por lo
tanto he de decir que el balance de 2015 esta mitad mitad, sí me han pasado
muchas cosas malas, pero también muchas cosas buenas y todas me han ayudado a
madurar y a seguir adelante. A encontrarme en el camino, a disfrutar de cada
momento, ya sea de una tarde leyendo o de un buen viaje.
Un
besazo de chunga
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