sábado, 25 de junio de 2016

El amor de mi vida está en una biblioteca...

Buenas noches chicos,

Hoy os traigo un mini relato, un micro relato que he hecho hoy a raíz de una frase que me ha dicho mi santa madre y que creo que tiene toda la razón.

A veces hay frases que te inspiran solo de oírlas y esta vez ha sido así “el amor de tu vida está en una biblioteca pero no te dejan hablar con él” Para mí suena entre graciosa, irónica y bonita, pero creo que es muy cierta, tan cierta como que respiro. Así que siguiendo esa inspiración he escrito el texto que sigue, espero os guste.

“Siempre se ha dicho que el amor es un hilo rojo, un fino hilo rojo que desde el meñique de uno va hacia el meñique de otro uniéndolos, convirtiendo su encuentro en destino, en el destino de una persona. A veces creo y no creo en él,  unas veces miro mi dedo buscando ese hilo y otras me río de mi propia ingenuidad.

Y si ese hilo rojo existiera? Porque dicen que ese hilo rojo es invisible que ni si quiera cuando has conocido a esa otra persona lo ves. Quien te asegura que es la correcta? Se supone que el destino….

Creo y no creo en el destino, mi mente racional se niega a aceptar que algo esté escrito pero mi corazón de soñadora me hace revivir fantasías en las cuales con un solo cruce de miradas descubres el auténtico amor de tu vida, la persona que te acompañará en el camino. Mi corazón a veces piensa que lo encontraré en un viaje, que estará esperándome en otro país y que esa persona se sentirá tan sola como yo.

Aunque yo creo que no, no lo conoceré en un viaje, ni en un pub… yo creo que el amor de mi vida está en una biblioteca pero no me dejan hablar con él. Está sentado leyendo un libro, tan inmerso en él como lo estoy yo cuando leo, con la mente viajando a un sitio lejano… Y no me espera a mí, solo lee para soñar, de la misma manera que lo hago yo. Para ahuyentar la soledad y alimentar el espíritu.

Creo que él me entendería si pudiera hablar con él. Que él entendería esta chica tan diferente a las chicas de ahora, entendería que me guste la poesía, que hable de política y que me encante viajar. Entendería que llame nena a mi mascota y que la mime como si fuera un bebe.

Tal vez él supiera lo que es sentirse solo y extraño en un mundo como el de ahora. Tal vez el me viera especial… A lo mejor el también creería en el hilo rojo… en el destino…  ”

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